Hablo, porque sé que puedo hacerlo desde la musculatura hacia afuera, siempre y cuando mi músculo principal se encuentre latiendo en su atrofiado sentido común por la sobrevivencia.
Hablo desde la utopía de pensar que puedo encontrarte y saber que no te vas a cruzar nunca sin que yo quiera esquivar la mirada para no encontrarte jamás.
disculpa, pero yo pensé que estabas escribiendo, no hablando.
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