jueves, 19 de noviembre de 2009

Puedo , pero siento que falta algo...

.
.
.
.
.
.
Tardecitas
Tardecitas
Tardecitas
TardecitasTardecitas
TardecitasTardecitas
TardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasxxxxxxxxxTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitas
TardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitasTardecitas.............

miércoles, 4 de noviembre de 2009

el hombre en el paradero

Cada vez que tomaba la micro por las mañanas,
estaba aquel hombre en silla de ruedas en el paradero.
La población que le rodeaba tenía el aspecto caluroso y acogedor que le falta a las calles del centro; Placilla es de señoras paseando en chalas y la polera de casa, de cabros chicos empolvados de juegos en la cuadra y hombres como éste, cumpliendo hasta el medio día con la mirada satisfecha.

- ¿Usted toma todos los días esta micro?
- No, por qué.
- No, preguntaba por si es que ha visto a aquel hombre sentado en silla de ruedas antes. Me parece que está todos los días acá.
- Ah.

Y los días que siguieron a ese nunca, más lo vi.









No te salves, Paula.

Pero si pese a todo, no puedes evitarlo y te salvas.. entonces, no te quedes conmigo.