lunes, 17 de noviembre de 2008

olor orquídea, color quetzal

Escribo espásmica, abro página tras página y no hay más que insensateces. (Que no me gane la tecnología esta vez). No logro concentrarme en estar concentrada y concentrar mis ideas en una central. Que me acaloren los colores de un quetzal quiero, que me ahogue el aroma a orquídea quiero, que me suavicen sus pétalos y me conduzcan sus pistilos hacia una fecundidad quiero. Que un arcoiris me envuelva, que la música me levante para no parar más. Que las palabras fluyan rápido y pueda sentirlas al fin, que pueda, que pueda… que no me aqueje este mal de hipocresía seca, de necedad ante el sol quebrantando tierra que podría ser fértil, que se deshagan de mí los asquerosos asquerosos síntomas de la sequía creativa. Y que me dejen en paz las faltas de ortografía. Y que pueda caminar disfrutando sin tener que pensar... (Que no me ganen las necesidades intrínsecas).